A menudo se considera que las lesiones no intencionadas de nuestros
hijos –como caídas, quemaduras o atragantamientos– son resultado de la
mala suerte. Pero ha quedado demostrado que en muchos casos estas tienen
que ver con la falta de atención por parte de los adultos.
Cada año, como consecuencia de las lesiones no intencionadas, se
hospitalizan en nuestro país más de 8.000 niños de entre 0 y 5 años,
todos a causa de lesiones evitables. Por eso, en esta guía, enfatiza la
importancia que tienen los cuidadores en la protección del bebé ante
todos los riesgos que puedan aparecer.
Esta guía pretende ofrecer recomendaciones ordenados según los
distintos grupos de edad, así como prácticas recomendadas por expertos
para evitar que este tipo de lesiones se produzcan. Cabe destacar que,
sea cual sea la edad del niño, la mejor prevención siempre es la
atención (resumen sacado de la web del Hospital Sant Joan de Déu).
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